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Sta. Raquel. — Pero volvamos a nuestro palacio. Miren cómo está dividido. Cada uno de estos huecos es una celdilla. Las avispas hacen varias capas de celdillas, las unas encima de las otras.
Alfredo. — Como los pisos de una casa.
Sta. Raquel. — En ca- da celda depositan un hijuelo o sea una larva; entre tanto las madres
salen a buscar el ali- mento. : Interior de un nido de avispas.
A los veinte días las larvas se transforman en crisálidas. Entonces ya no comen; envuelven su cuerpo en una membrana y permanecen así seis días, pasados los cuales salen, convertidas en avispas, para hacer lo que antes hizo la madre. ¿Qué les
parece la historia de este insecto? Julio. — Lo que usted nos ha con- 3 tado demuestra que las avispas son activas e inteligentes. Sta. Raquel. — En efecto. Y dime,
Avispa común. — Alicia, ¿crees todavía que son tan malas como antes pensabas?
Alicia. — No, señorita; no puede ser malo quien trabaja y cuida de su hogar.