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TUCUMÁN

De libertad el arca, del caudillaje tumba, Guirnalda de mi patria, De América jardín, Para cantarte anhelo, ya el trueno que retumba, La brisa que murmura o el viento cuando zumba En medio a tus florestas ¡Oh, Tucumán feliz !

No canto tus victorias, ni evoco tu grandeza, Ni recordar pretendo Tus horas de dolor, Cantar tan sólo quiero tu espléndida belleza, Tu exhuberante y libre feraz naturaleza Como rival no tiene Del Plata al Ecuador.

¡Oh, Tucumán! yo he visto tu espléndido Aconquija, He visto tus risueñas Colinas Yamarí, Pero lo grande y bello, de Dios obra prolija, Que de tu cielo diáfano el manto azul cobija, Son tus floridos bosques A orillas del Salí.

Las lianas y moreras y el mirto rozagante ¡Oh, Tucumán! festonan Tu esplendorosa faz,

Detienen la mirada y el paso al caminante,

Y en torno a sus corolas, de néctar anhelante, Se mira en las mañanas El picaflor volar.

Y enjambres de brillantes doradas mariposas Se ven batir las alas Con incansable ardor, Y en confusión continua, revueltas, afanosas, Esperan revolando que caigan de las rosas