— 67 —
«Los que tengan corazón, Los que el alma libre tengan, Los valientes, esos vengan
A escuchar esta canción: «Nuestro dueño es la nación Que en el mar vence la ola, Que en los montes reina sola, Que en el campo nos domina Y que en la tierra argentina Clavó la enseña española.
Ya Buenos Aires, que encierra, Como las nubes, el rayo,
El veinticinco de mayo
Clamó de súbito ¡guerra !
Hijos del llano y la sierra, Pueblo argentino ¿qué haremos? ¿Menos valientes seremos
Que los que libres se aclaman?
¡ De Buenos Aires nos llaman ! ¡A Buenos Aires, volemos !
¡Ah! Si es mi voz impotente Para arrojar, con vosotros, Nuestra lanza y nuestros potros Por el vasto continente;
Si jamás independiente
Veo el suelo en que he cantado, No me enticrren en sagrado Donde una cruz me recuerdo, Entiérrenme en campo verde Donde me pise el ganado !»
Cuando cesó esta armonía
Que los conmueve y asombra, Era ya Vega una sombra
Que allá en la noche se hundía. ¡Patria! A sus almas decía
El cielo, de astros cubierto, ¡Patria ! el sonoro concierto De las lagunas de plata, ¡Patria ! la trémula mata
Del pajonal del desierto.
Y a Buenos Aires volaron,
Y el himno audaz repitieron, Cuando a Belgrano siguieron, Cuando con Giiemes lucharon, Cuando por fin se lanzaron Tras el Andes colosal;
Hasta aquel día inmortal
En que un grande americano Batió al sol ecuatoriano Nuestra enseña nacional.
RararL OBLIGADO. (Argentino.)