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SU RETRATO
Les he explicado ya lo que significa la expresión nues- tra tierra, y quiero presentarles ahora su retrato: es el que tienen ante la vista, en la página de enfrente.
Mientras ustedes lo contemplaban; he estado observán- dolos y me ha parecido que todos me hacían con la mirada la misma pregunta: «Y ¿es ésa la cariñosa madre de que acabas de hablarnos? »
Pues bien, sí; sólo que no es una madre de carne y hue- sos parecida a mamá. Es, por cierto, mucho más grande, tan grande que no podemos verla por entero de un solo golpe de vista. Por eso debemos contentarnos con trazar sus líneas principales, a fin de que pueda caber en el redu- cido espacio de una página de este libro. Así, pues, sólo con la imaginación podemos formarnos una idea de lo que es y de lo que encierra nuestra patria.
Tan reducido es el mapa que acaban de ver, que en él nuestra ciudad ocupa un espacio pequeñísimo. ¿Ven ese circulito no mayor que la cabeza de un alfiler? Pues con él ha querido representarse 'el pueblo en que nos encontra- mos en este momento, con sus casas, sus edificios públicos y su movimiento comercial y social, cosas que, por cierto, no pueden expresarse en tan mezquino puntito.
Y como este pueblo, cientos y cientos de otros, más grandes o más chicos, hay en nuestra patria, dignos de ser conocidos y que sería imposible representar gráficamente; por lo cual tenemos que contentarnos con describirlos.
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