CANTO I. 1! Anza en el puro sdlio; golpe que estremecio al Ciclo, 6 hize que se-‘arbara Apolo (1), perdiendo por un momento su liz:
Bn seguida dijo asi: —«:Oh Padre, 4 cwyo luperio obe- dece lodo aquello que creasle : si no quieres que suira yi- tuperio aleuno, como ha licimpo dispusiste, esa gente que va on busca de otro hemisferio, y cuvas altas dotes do va- lor y herdicas acciones apreciaste tanto, deja, cual recto juez, de prestar vidos 4 las razones de quien debe parecerte sospechoso, por lo mismo qne habla en cansa propia.
»S1 aqui no se mostrase la razon vencida por un excesivo temor, seria natural que Baco apoyase a los Iusilanos, puesto que proceden de su querido [uso (2): pase, pres, por efecto de un dvimo contrariado esla intencion snya; que nunea la odiosa enyidia inypedira los dones que el Cie- lo olorga en favor de quien los merece.
»Y la, Padre, cuwya firmeza es lan grande, no revo~ gues ¢l acuerdo que habias tomado; pues desistir de lo empezailo arguye debilidad. Ya que Mercurio ayenfaja on rapidez al viento y al agudo venablo, haz que: guie 4 esa gente hacia donde se pueda informar de la India y repare sus quebranladas fuerzas.»
Tales fucron lus palabras de Marte, v el poderoso Padre asinlio con wna inclinacion de cabeza alo propuesto por el euerrero (ios, derramando en segnida sobre todos, el per- fume del néctar celeslial. Despues cada doidad regresd a su respective niorada por el lacteo camino, haciendo an- tes a Jove el debido acatainiento.
{fl Sol. ‘2) Amigo y cvompaiiero de Baro.