Página:Los fundamentos de la teoría de la gravitación de Einstein.djvu/109

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido validada
105
de la gravitación de einstein.

ralelamente al ecuador, hacia fuera. Si la fuerza de atracción de la Tierra sobre dos cuerpos de igual masa, pero de distinta substancia, fuese distinta, sería preciso que la resultante de la atracción y de la fuerza centrífuga tuviese en ellos distintas direcciones. Eötvös escribe luego: «Por cálculo hallamos que si la diferencia entre las atracciones de la Tierra sobre dos cuerpos, de igual masa, pero de distinta substancia, fuese de una milésima, las direcciones de la gravedad en ambos cuerpos formarían entre sí un ángulo de 0,356 segundos, esto es, aproximadamente, de un tercio de segundo; y si dicha diferencia importase un veinteavo de millonésima, sería preciso que este ángulo fuese de 356/20 de millonésima de segundo, esto es, algo más de un sesentavo de milésima de segundo»; y más adelante:

«Yo fijaba en mis balanzas de torsión, en los extremos de una cruz de 25-50 cm. de larga, la cual colgaba de un delgado alambre de platino, distintos cuerpos de 30 g. de peso, próximamente. Después de colocada la cruz perpendicularmente al meridiano, yo determinaba exactamente su posición por medio de un espejo móvil unido a ella y otro fijo en la caja del instrumento. Entonces yo giraba 180° el instrumento, junto con la caja, de modo que el cuerpo, que antes se hallaba en el extremo Este de la cruz, ahora venía al extremo Oeste y ahora determinaba de nuevo la posición de la cruz con respecto al instrumento. Si los pesos de los cuerpos colocados en ambos lados tuviesen distinta dirección, sería preciso que resultase una torsión del alambre de suspensión. Pero, colocando constantemente en un lado una esfera de latón, y en el otro, vidrio, corcho o antimonio cristalizado, dicha torsión no aparecía, siendo así que una desviación de 1/60000 de segundo en la dirección de la gravedad había de producir una torsión de un minuto, la cual es observable con exactitud.»

Eötvös alcanza, por lo tanto, una exactitud próximamente como la que se alcanza en las balanzas, y éste era su objeto, pues el método de determinar la masa de los cuerpos por