consideremos la marca característica que ha de adoptar la teoría de la Gravitación caracterizada por la ecuación [1].
La idea de la nueva teoría, de que las leyes de la Mecánica sólo deben contener expresiones sobre movimientos relativos de los cuerpos, y que, en especial, el movimiento de un cuerpo en el campo gravitatorío de los restantes está dado por la fórmula
supone la validez de una hipótesis física sobre la esencia de los fenómenos de gravitación, que Einstein denomina hipótesis de la equivalencia o principio de equivalencia 24. Éste dice lo siguiente: Una variación eventual que un observador percibe en el transcurso de un fenómeno como acción de un campo gravitatorio, él la percibiria exactamente del mismo modo si el campo gravitatorio no existiese, pero él (el observador) transfiriese a su sistema de referencia la aceleración correspondiente a dicho campo en su lugar de observación. Es decir, si se someten las variables x, y, z, t en la ecuación del movimiento del punto material que se mueve rectilínea y uniformemente (por lo tanto, sin influencia de gravitación)
a cualquier transformación, esto es, se pasa de las coordenadas del sistema de partida, por cualquier trans-