cidió en favor de ninguna de las dos. Verdad es que se corrieron las franjas de interferencia, pero no la cantidad esperada, sino solamente como si el éter luminoso hubiese tomado en el agua la velocidad y no el valor total v. A este valor se le llama coeficiente de arrastre de Fresnel. Sin embargo, esta designación es equivocada, por cuanto que en la Electrodinámica complicada de Lorentz, al interpretar el experimento de Fizeau, se habla justamente de un éter absoluto en reposo, y el llamado coeficiente de arrastre sólo es una consecuencia de la estructura de la materia, especialmente de la acción recíproca entre electrones y materia, sobre lo cual nosotros aquí no podemos entrar en más detalles. En todo caso, aparecían en el estadio de la Ciencia, antes del experimento de Michelson, la aberración y la experiencia de Fizeau, ambas favorables a la idea de hablar de un éter absoluto en reposo.
El experimento de Michelson debía ahora afirmar la existencia de la corriente de éter, a través de la cual la Tierra constantemente pasa, ya que el éter nunca toma parte en su movimiento. (Véase el esquema de este experimento en la pág. 84.)
Un rayo luminoso que sale de L recorre la distancia
donde S1 y S2 son dos espejos, en los que el rayo incide normalmente; P, una lámina de vidrio que refleja una parte de la luz y refracta otra parte, y F, el anteojo del observador. Otro rayo luminoso recorre la distancia LP + PS2 + S2P + PF. Sea aquí PS1 = PS2 = l; además, FS1 está en la dirección del movimiento de la Tierra. Se supone que el éter luminoso no participa del movimiento de la Tierra; sea q el valor de la velocidad de la Tierra. Entonces la velocidad relativa de