Página:Los israelitas españoles y el idioma castellano.pdf/134

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida

—118—

ber sabido resistirse á fieros fanatismos de los tiempos, y no haberos tratado como á hijos útiles y esclarecidos de su glorioso suelo.

Sí, vuestro amor á la instrucción es ya notorio, porque conocido es que contra las apocalípticas desventuras y miserias, nunca habéis opuesto otras defensas, ni encarecido otros remedios que la escuela y la instrucción. Todavía, recientemente, cuando vuestros más afamados y celosos bienhechores acudieron á catástrofes inenarrables, mostrándose fieles á la condición por la cual Israel no se ha detenido en lugar alguno, donde su destino errante le permitiera tregua para reposar su quebrantado cuerpo, sin que allí fundara al punto una escuela, lo primero que hicieron fué crearlas por doquiera, para vosotros y vuestros convecinos, fuese cual fuere su religión. Así procedieron Cremieux y Munk, cuando llamados á Damasco en 1840, vieron la miseria mortal de los judíos en Egipto, y fundaron escuelas en el Cairo y Alejandría; así lo hizo en 1859 el buen Picciotto, cuando llamado á Marruecos para contemplar la desolación de una epidemia, buscó en los colegios el más eficaz remedio contra mortales necesidades; así se produjo la Alianza Israelista Universal cuando en 1862, dos años después de instituirse, visitó el Norte de África y fundó su primera escuela en Tetuán, y