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CAPÍTULO XLV.



CONSECUENCIAS FATALES.


ERCA dos horas faltaban para apuntar el dia. El judío velaba en su cama, demostrando esperar á alguien con la mas viva impaciencia. A su lado y en un colchon tendido en el suelo estaba echado Noé Claypole durmiendo profundamente. Largo tiempo habia que aquel permanecía en tal actitud, cuando al fin el ruido de los pasos de una persona que creyó reconocer vino á herir su oido.

―El es, no cabe duda! murmuró.

Al pronunciar estas palabras sonó la campanilla: Bajó los escalones de cuatro en cuatro y pronto volvió acompañado de Sikes que llevaba un paquete bajo su brazo.

―Tomad, encerrad esto ― dijo este ― y desembarazadlo todo lo que podais. Voto al infierno, me ha costado mucho cojerlo. Hace mas de dos horas que debería estar aquí.

Fagin tomó el paquete, lo encerró en el armario con llave y