Página:Los nueve libros de la historia de Heródoto de Halicarnaso - Tomo I (1898).pdf/194

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
196

terlo á tostar en un horno bien caldeado . No falta gente en el país cuyo único alimento es la pesca , y que comen los peces, despues de limpiados de las tripas y de secarlos al sol.

XCIII. Aunque los rios no suelen criar pesca gregal de comitiva, la producen las lagunas del Egipto , en las que sucede que apenas sienten los peces el instinto de formar nuevas crias , nadan en tropas hacia el mar ; los machos al frente conducen aquel rebaño, despidiendo almismo tiem po la semilla que , sorbida por las hembras que los persi guen , las hace preñadas. Despues de llenas en el mar , dan todos la vuelta y nadan hácia su primitiva guarida; pero entonces no son ya los machos los pilotos, pordecirlo asi, del rumbo , sino que se alzan las hembras con la direccion del rebaño , á imitacion de lo que han visto hacer á los otros en la ida, y van despidiendo sus huevos, tan pequeños como un granito de mijo, que son engullidos por los ma chos que les van en seguimiento . Cada uno de aquellos gra nos es un pescadillo , y de los que quedan en el agua es capando de la voracidad de los machos nacen despues los pescados. Se observa que los que se cogen en su salida al mar, tienen la cabeza algo raida á la parte izquierda, pero en los cogidos á la vuelta se les ve como rozada y desflo rada la derecha , porque van hácia el mar siguiendo la ori la izquierda , y toman á la vuelta el mismo rumbo ,acercán dose cuanto pueden a la ribera , y nadando junto á tierra , para evitar que la corriente del rio no los desvie y aleje de su camino[1]. Apenas crece el Nilo se empiezan al mismo tiempo á llenarse las hoyas que forma la tierra, y los pan tanos vecinos al rio, con el agua que delmismo se comu


  1. Aunque esta relacion tiene, segun Aristóteles, todo el ca. rácter de fábula , guarda alguna semejanza con lo que sucede con la hembra del caiman , que engulle sus crias empolladas en la are na, y con los atunes del ponto Euxino, que desfloran su piel ro zando con la ribera .