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( del difunto Amasis , cuando sin más dilacion mandó sacar su cadáver de la sepultura ,y obedecido con loda prontitud, ordena allí mismo que azoten almuerto , que le arranquen las barbas y cabellos, que le puncen con púas de hierro , y que no le ahorren ningun género de suplicio . Cansados ya Jos ejecutores de tanta y tan bárbara inhumanidad , á la que resistia y daba lugar el cadáver embalsamado , sin que por esto se disolviera la momia, y no satisfecho todavía Cambi ses, dió la órden impía y sacrilega de que el muerto fuera entregado al fuego, elemento que veneran los Persas por dios. En efecto , ninguna de las dos naciones persa y egipcia - tienen la costumbre de quemar á sus difuntos; la primera a por la razon indicada, diciendo ellos que no es conforme á razon cebar á un dios con la carne cadavérica de un hom . bre; la segunda por tener creido que el fuego es un vi viente animado y tiero , que traga cuanto se le pone delan te , y sofocado de tanto comer muere de hartura, junta mente con lo que acaba de devorar[1]. Por lo mismo guár danse bien los Egipciosde echar cadáver alguno á' las fieras 6á cualesquiera otros animales, ántes bien los adoban y embalsaman á fin de impedir que , enterrados, los coman los gusanos. Se ve , pues, que lo que obró Cambises con Anna sis era contra el uso de emtrambas naciones. Verdad es que si hemos de creer á los Egipcios , no fué Amasis quien tal padeció , sino cierto Egipcio de su misma edad , á quien ator mentaron los Persas creyendo atormentar á aquél; lo que ,


  1. Antiguamente los Persas veneraban el fuego, si como dios ó como imágen de la divinidad se ignora; pero se sabe que entre varios pueblos orientales quedó pura por algun tiempo la religion despues del diluvio . Por lo tocante al dios fuego de los Egipcios. no se puede dar una idea más grosera de una divinidad que la des crita por Herodoto ; y aunque el vulgo se explic así, los sacer dotes no venerarian en el fuego material otro númen que su Efes to ó Vulcano.