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los Icliófagos el vino, confesando que en ello les hacíən ventaja los Persas.

XXIII. Tomando de aquí ocasion los Ictiófagos de pre guntarle tambien cuál era la comida y cuán larga la vida de los Etiopes, respondióles el rey, que acerca de la vida ,mu chos entre ellos habia que llegaban á los120años, no fal tando algunos que alcanzaban a más; en cuanto al alimento , la carne cocida era su comida y la leche fresca su bebida ordinaria. Viendo entonces el rey cuanto admiraban los ex . ploradores una vida de tan largos años , los condujo él mis mo á ver una fuente muy singular , cuya agua pondrá al que se bañe en ella más empapado y reluciente que si se untara con el aceite más exquisito , y hará despedir de su húmedo cuerpo un olor de viola finisimo y delicado. Acerca de esta rara fuente referian despues los envia ser de agua lan ligera que nada sufria que sobrenadase en ella, nimadera de especie alguna, ni otra cosa más leve que la madera , pues lo mismo era echar algo en ella , fuese lo que fuese , que irse á fondo almomenlo . Y en verdad , si tales elagua cual dicen, ¿no se pudiera conjeturar que eluso que de ella hacen para todo los Etiopes, hará que gocen los Macrobios de tan larga vida ? Desde esta fuente , contaban los explora nores que el rey en persona los llevó en derechura hasta la cárcel pública, donde vieron a todos los presos aherrojados con grillos de oro, lo que no es extraño siendo el bronce entre los Etiopes el metal más raro y más apreciado. Vista la cárcel, fueron á ver asimismo la famosa mesa del sol, se gun la llaman .


XXIV. Desde ella partieron hacia las sepulturas de aque . Dla gente, que son , segun decian los que las vieron , una es pecie de urnas de vidrio , preparadas en la siguiente for ma: Adelgazado el cadáver y reducido al estado de momia , sea por el medio con que lo hacen los Egipcios, sea de algun otro modo, le dan luego una mano de barniz à ma Dera de una capa de yeso , y pintan sobre ella con colores