Esta página ha sido corregida
42
Ellos no saben que en vuestro país se halla la clave del enigma.
¡Muertos míos, muertos míos! Las ondas de mi mar interior se llenan, preñadas de dulzuras al borde de vuestros lechos.
Soy buena, soy buena. ¡Benditos vosotros, que habéis hecho que yo me encontrara!
Bendito tú que me has purificado con tu muerte.