el cuello y cara, creyendo que el que más tiene de aquellos dibujos es más hermoso.
CAPITULO XLIII.
Provincia á 12 jornadas de Tolomar, hácia Levante y á lo largo de un rio, en cuyas orillas hay várias ciudades no dignas de mencion. Al cabo de las 12 jornadas se encuentra Sinugul, ciudad dependiente del gran Kan, y de habitantes idólatras que viven del comercio y de las artes: fabrican, de cortezas de árboles, vestidos muy ligeros para el verano. No tienen moneda, excepto elpapel creado por el gran Kan. Se erian tantos leones, que nadie puede quedarse durante la noche fuera de casa por temor á ellos; y cuando se va navegando por el rio, aanque sea lejos de las orillas, hay que tener mucha vigilancia, porque si no llegan aquellas bestias y cogen al que se descuida. Tambien hay allí perros tan valien es, que dos de ellos se a reven con una de dichas fieras: si les ayuda un hombre, matan á un leon de los más grandes. Hé aquí cómo: Un hombre armado de arco y flechas, y en compañía de dos de los referidos perros, sale al encuen tro del leon. Inmediatamente los perros aco-
