comprarlo á precio de una ciudad, pero el dueño no quiso desprenderse de él.
Existe una montaña tan escarpada, que no se puede trepar á ella sino por medio de cadenas de hierro que cuelgan por la pendiente. En la cima se conserva, al decir de los sarracenos, el sepulcro de Adam; pero, segun los idólatras, es el de Sargamonin Boscam, primer hombre á quien le fueron dedicados ídolos, por haber sido el mejor del mundo y el primero á quien se consideró como sauto. Era hijo de un poderoso y opulento rey, y llevó vida tan ejemplar que no tocó cosa mundana ni quiso ceñir diadema. El padre, que estaba muy enfermo, le hizo grandes ofrecimientos para que gobernase el reino, y áun quiso abdicar, pero el hijo no quiso, de lo que tuvo tanto disgusto el padre, que casi murió. Adoptando otro sistema, hizo que su sucesor fuera á habitar un palacio hermosísimo, y que en él lo "sirviesen en todos los menesteres de la vida preciosas y galanas doncellas; que lo distrajesen con sus cantos, bailes y músicas; pero no consiguieron nada: al contrario, se mantuvo más retirado que ántes y apénas sabía del mundo. Sucedió en cierta ocasion que, habiendo encontrado un hombre muerto, se estremeció notablemente, como de cosa nunca vista, y preguntando á los que le acompañaban qué era aquello, le contesta-
