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EL INTRÉPIDO SOLDADO DE PLOMO.

allí la oscuridad, y el soldado dijo entre sí: « ¡Que oscuro está esto! No está más claro que mi antigua caja. ¿Qué va á ser de mí? Ese maldito gnomo me ha echado un maleficio. Si á lo ménos la hermosa dama de la quinta estuviese aquí al lado mio, poco me importaria que la oscuridad fuese aun más negra. »


De repente aparece una gran rata.


 De repente aparece una gran rata que vivia en un agujero debajo de la piedra.

 « Enséñame tu pasaporte, dijo el roedor; ¡pronto! tu pasaporte. »

 El soldado no despegó los labios, pues sabia que su dignidad no le permitia alternar con semejante animalucho. La barquilla, desembarazada, siguió su curso y la rata iba detras rechinando y gritando á