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MAYORINO FERARIA
Las parpadeantes llamas de los cirios,
En la penumbra densa de la estancia,
Fingen lenguas de canes ignescentes,
Que me lamen aullando toda el alma,
¡Oh el amor, oh el amor!, es la bandera
Que con girones hice de mi alma,
Mas, ¡ay! la mano torpe del destino
Dejóla nuevamente desgarrada;
Ya no uniré jamás esos pedazos,
¡Ay!, ya no tiene patria!