Página:Memorias de un perro escritas por su propia pata.pdf/75

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
77
DE UN PERRO

aguas me estaba consolando, la dueña de casa me dió un palo tan feroz, que me dejó coja. Desde entónces, me llaman Patti-coja.

—Pues bien, mi querida Patti-coja, ahora voi a llevarte a una casa de mucho respeto, i es menester que ámbos callemos nuestras pasadas faltas i aparezcamos a los ojos del patron como perros desgraciados i sin ventura...

—Lo de ménos es eso... Tú sabes que nosotras las hembras nos pirramos para lo que es disimular nuestros defectos... i los ajenos...cuando nos conviene.

—Torquemada!

—¿Papá?

—Olvida todo lo que has aprendido en el internado de San José, porque nuestro nuevo patron es hombre mui honrado i detesta el robo i la hipocresía...

—Bueno, papá... aunque voi a echar de ménos mis oraciones i mis latrocinios... ya que usted me lo manda...

—Sí, te lo mando perentoriamente!

XIX

Cuando llegamos a casa de don Querubin, éste recibió con los brazos abiertos a mi cara mitad i a mi único vástago.

Instalados tranquilamente en aquel hospicio de caridad, nos consideramos felices. ¡Allí, para a dicha nuestra, ni habia hermanas de caridad!

Desde ese dia me puse a escribir estas memorias, que de algo podrán servir a mis paisanos.

Para terminarlas estaba, cuando me acometió