secretario de estado de s. m. la reina de la
Gran-Bretaña.
Milord:
Cuando hace algunos años leía yo la historia de Inglaterra y las descripciones de las ciudades, de las campiñas y de las costumbres, pensaba yo que no seria feliz ni lograria tener quietud hasta que no visitara esos antiguos monumentos góticos que despiertan tantas ideas dormidas, y viese con mis propios ojos las maravillas de la industria y los adelantos de uno de los pueblos que han vuelto á encontrar en todo su esplendor las artes y la civilizacion hundidos y perdidos con la caída de los Griegos y de los Romanos, como se hunden y pierden con los terremotos las maravillasde una ciudad.
Por fin mi deseo se cumplió. Visité la Inglaterra, regresé á mi país y escribí un libro. Este libro será sin duda muy inferior á los que han escrito antes que yo los hombres ilustrados que han visitado la Europa; pero en el están consignados sinceramente mis recuerdos y mis sentimientos, respecio al país y al pueblo que visité.
Este libro me he tomado la libertad, Milord, de dedicároslo como el doble recuerdo de un funcionario que personalmente tuvo motivos de agradecimiento para con el ministro de nego-
