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dizole el tirano Dionisio: O qué de males dirás de mí, lo Platón!, y de mi tiranía, de que te halles entre los filósofos de Grecia!» A lo qual respondió Platón: «No ayas miedo de esso, Dionisio, ni que yo lo diga, ni aun que los otros lo escuchen; porque estén tan corregidas y ocupadas las academias de Grecia, que no les queda tiempo para dezir ni sola una palabra ociosa. Y dixo más Platón: Sabe si no lo sabes, io Dionisio!, que toda la suma de nuestra filosofía es persuadir y aconsejar a los hombres a que cada uno sea juez de su vida propia y no cure de (1) escudriñar la vida agena. Filípides el poeta, primero inventor que fué de las comedias, como fuesse muy gran amigo y privado del rey Lisimaco, díxole un día el Rey: Quid e meis rebus tibi impertiam ? Inquit Philipides: «Nil, o rex!, ex tuis archanis. Como si dixesse: Qué quieres que te dé, ¡o amigo mío Filípides? A lo qual él respondió: La mayor merced que me puedes hazer, ¡o rey!, es que no me des parte de tus secretos. ¡O alta y muy alta respuesta, la qual será de muchos leída y de muy pocos entendida¹; porque si este filósofo no quería saber lo que el rey sabía, mucho menos quisiera saber lo que su vezino hazía.

Dado caso que (2) hablar en vidas agenas y querer saber lo que se haze en otras casas sea muy gran curiosidad y aun ramo de liviandad, mucho más lo es en querer (3) saber qué es lo que los re(1) Curar de: procurar, cuidar de.

(2) Dado caso que: aunque.

(3) En querer: queriendo.