Página:Menosprecio de corte y alabanza de aldea (1922).pdf/60

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
58
 

retraorse a la aldea; porque los negocios de la aldea son enojosos y costosos y los de la corte son honrosos y provechosos. Sin encargarse de pleytos ni tomar officios puede el buen cortesano ayudar a los de concejo y favorescer a los de su barrio, es a saber, dándoles buenos consejos y socorriéndolos con algunos dineros. Si viere a aus vezinos reñir, póngalos en paz; si los viere llorar, consuélelos; si los viere maltratar, deffiéndalos; si los viere en necessidad, socórralos, y si los viere en pleytos, a tájeselos; porque desta manera bivirá él assossegado y será de todo el concejo bien quisto. Combiénele también que no sea en su casa orgulloso, pessado, enojoso e importuno; porque de otra manera la muger le aborrescerá, los vezinos le dexarán, los hijos le desobedescerán y aun los criados le desservirán (1). Es, pues, saludable consejo que honre a su muger, regale a sus hijas, sobreHleve a sus hijos, espere a sus renteros, se comunique con sus vezinos y perdone a sus criados; porque en la casa del hombre cuerdo más cosas se han de dissimular que castigar. No le combiene tampoco fuera de la corte hazer combites costosos, aparejar manjares delicados, embiar por vinos presciosos ni traer a su casa locos ni chocarreros; porque el fin de retirarse de la corte ha de ser no para más se regalar, sino para más honestamente bivir. El cortesano que se retrae a su casa deve ser en el comer sobrio, en el bever moderado, en (1) Deservir: servir mal.