LAS personas que alguna vez vivieron en estos antiguos palacios españoles y descendientes de los títulos de nobleza existentes antes de la independencia, todavía son muy estimadas en un determinado círculo pequeño en el país. Se señalan quienes deberían ser por derecho marqueses y condes, y ocasionalmente les dan los títulos. Los nobles mexicanos, desde el tiempo de Cortes, vivieron en un estilo magnífico en su día. El conde de Regla, que ha dejado su rastro en muchas direcciones, debe han disfrutado casi el estado de realeza. Una sola hacienda suya en Michoacán tenia treinta leguas de largo por 17 de anchura e, inclinada hacia abajo desde la meseta templada al trópico, tenía en su extensión productos de casi todas los climas. Equipó dos buques del mayor tamaño, su construcción fue de caoba y cedro y los presentó al rey de España. Invitando a su Majestad a visitar el país, le aseguró que su caballo no pisaría nada sino sólo lingotes de plata de la Costa a la capital.
Un remanente de la antigua nobleza se congregó alrededor de Maximiliano cuando llegó a asumir la corona del emperador. Con esto, y lo que queda de la Corte de Maximiliano y algunas pocas otras familias de un giro peculiar exclusivo, un círculo constituido por algo similar a los parisinos