como regla general, no de la orden escolástica tímida, pero poseía talento para oratoria y temas bulliciosos. Tomaron puestos en el Congreso y son designados como ministros del gabinete. General Riva Palacio, Juan Mateos, Prieto, Paz, Altamirano, Justo Sierra, Peza, son diputados; Payno, un senador; Cuellar, quien escribió bajo el seudónimo de "Facundo", un Secretario de la legación. Estos son los escritores nativos cuyas obras son más frecuentemente en las manos del público que cualquier otra.
Prieto, que es principalmente un poeta, sin embargo, ha escrito un libro de sus viajes en los Estados Unidos, en el que se detectarán algunas cosas divertidas. Descubre que con nosotros "la totalidad [lo colectivo] es grande y admirable, pero el individuo egoísta y vulgar." Vio el teatro Booth, que es todo de mármol blanco; y, además de nuestros hoteles, el establecimiento que llamamos un internado. Los ríos Hudson y Río este, dice, son dos brazos del mar, que se congelan en invierno, y aún la cantidad inmensa de hielo recogido de estos no es suficiente para las demandas del verano.
El talento poético, de lo cual tuvimos una premonición en Cuba, es lo que principalmente abunda. Hay abundante habilidad en versificarlo, con algo de aquí y allá de algo mucho mayor, en los volúmenes de los numerosos autores. Prieto, ante mencionado, es principalmente un poeta "ocasiones". Escribe para la inauguración de estatuas, al vapor, electricidad, etc. Juan Mateos ataca con una feroz nota patriótica. Altamirano, un ardiente orador indio, que se modela a sí mismo en el Congreso bastante después de Mirabeau, elige como sus temas de poesía a las abejas, naranjas, amapolas, mañana, los placeres de la vida rural. Son temas excelentes en sí mismos, pero describe es una existencia artificial y no verdadera. A él