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PIEDRA DE SACRIFICIOS.

esta parte de un tema interesante de anticuario, refiriéndome a todos los que tengan curiosidad en estas cuestiones, a los volúmenes muy interesantes del Abad Clavijero, quien, después de una residencia de casi cuarenta años en las provincias de Nueva España, compuso su historia de México. Había pasado su vida en el estudio profundo de los escritores indios y españoles, y los resultados de sus bien digeridos trabajos han, después cerca de medio siglo, pasado a nuestros tiempos como autoridad indiscutible.

Pero después de haberles instruido en algún grado en la historia del sacerdocio y los templos, sería impropio para mí dejar el tema sin una cuenta de los servicios a los que ambos estaban dedicados.

El principal de estos eran los sacrificios—y en ilustración de ellos, he colocado al comienzo de esta carta, un dibujo de la gran piedra circular ahora en la Universidad de México, conocida por el nombre de "Piedra de Sacrificios". Es una inmensa masa de basalto, nueve pies de diámetro y tres de altura y fue encontrada en 1790, debajo de la gran plaza de México, en el sitio del Teocalli, que acabo de describir.

Cuando fue descubierta, esta piedra estaba al revés, pero, tras darle vuelta, se encontraron tallas en bajorrelieve en la superficie y los lados se encontraron bellamente esculpidos, como se observa en la placa opuesta.

En el centro de la superficie superior hay una cavidad circular, de la que un canal, conduce a la circunferencia del cilindro y en parte por su lado. Esto, junto con la escultura, ha inducido a la mayoría de escritores a creer que es la piedra en la que los sacerdotes hacían sus sacrificios, y que la sangre de las víctimas fluía por estos conductos evidentes. Sin embargo otros autores dudan si nunca fue consignada para este uso. Es cierto, que en la descripción del gran templo dada por los escritores antiguos, se afirma que en frente de la torre, en la cumbre, había una gran piedra convexa sobre la que extendían a la persona que iba a ser sacrificada; pero es muy probable que una roca tan enorme,* podría ser llevada por esos pasajes intrincados como los escalones del Teocalli, a una altura de 120 pies.

De Gama es de la opinión que estas piedras también se encontraron en la plaza de abajo, en los templos o ante los altares de otras deidades; y en la descripción de los templos de Huitzilopochtli y Tláloc, el Doctor Hernández dice que eran "concoxes et orbiculari forma," y llamados "Techcatl." "Tiene ante" (meusulas) "aderant lapidæ orbiculari forma, quibus techcatl nomen, ubi servi, at in proæsliis capti, in horum Deorum honorem mactabantur, è quibus lapidibus in parimentum usque in infernum civi sanguinci conspiciebanteur vestigia quod etiam videbatur in casteris turribus."

Con estas autoridades y aparente adecuación de las cavidades ya descritas, es, sin embargo, la opinión de Gama que esta piedra no es de sacrificio, ni la piedra gladiadores. Tal es, sin—


.* Nueve pies de diámetro por tres de altura.