servicio de los españoles ricos que “invirtieron” en la expedición. De modo que la autoridad de Cortés no era total y absoluta, especialmente al principio de la expedición. Las lealtades estaban divididas y Cortés jamás fue un líder amado y respetado por sus compinches. Partiendo de que todos sabían que habían tenido que salir de Cuba antes de lo planeado, para que Cortés no fuera hecho prisionero.
Cortés y los expedicionarios sabían desde el principio que la expedición no se estaba desarrollando dentro de “la legalidad”, y en su momento se pretendió en Veracruz, regresar y entregar a Cortés después de la Batalla de la Noche Triste, mucha de la gente de Pánfilo de Narváez desertó, y ya en los primeros años de la Colonia, los españoles se rebelaron y enfrentaron a Cortés. A tal punto que, para el caso de la fundación de Oaxaca, los españoles desobedecieron las órdenes de Cortés de fundar “Segura de la Frontera” en Tutetepec[1], en la costa, y la fundaron en lo que hoy es el Valle de Oaxaca. O la rebelión de Cristóbal de Olid que Cortés lo persiguió y mandó decapitar en Honduras.
Que eran disciplinados, solidarios y leales.
Por lo mismo, las envidias e intrigas eran pan diario entre los
propios filibusteros. Cortés los puso a vigilarse a unos y a
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- ↑ Pueblo en la costa de Oaxaca en la que se asentó la capital Mixteca en el periodo Postclásico.