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Página:Morrison de Parker Padrino de Cecilia.djvu/37

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DE CECILIA 35

esas infelices criaturas? ¿No comprendo que Margarita se casa por salvar de la muerte á su madre enferma y abatida ?...

1Síl Los motivos que impulsan á Marga- rita son, sin duda, nobles y santos; pero el resultado es el mismo: ¡la pierdo! .. Yo que la adoro, que había soñado con que sería mía cuando pudiera ofrecerle algo más que mi amor, ¡Maldita pobreza! Si yo fuera rico, Ó tuviera á lo menos una posición indepen- diente, le hubiera ofrecido con mi mano el bienéstar de los suyos; pero soy un desgra- ciado, un mísero que aun por mucho tiempo, tiene que recibir el pan ajeno. ¡Nome queda otro remedio que resignarme á sufrir!

Durante el largo trayecto, el pobre mucha- cho no sintió aminorarse su pena. Era bien cierto que amaba á Margarita con toda su alma, la amaba no sólo por su belleza sino por su virtudes, por el cariño que veía pro- fesaba á los suyos; y al perderla experimen- taba uno de esos dolores amargos que el tiempo mismo no consigue borrar entera- mente.

Renunciar á Margarita era para Eduardo, dar un adiós á los sueños más gratos de su juventud, era ver perderse en el abismo de la más negras de las realidades una ilusión demasiado querida y demasiado tiempo aca- riciada.