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mut, y así has de saber que es costumbre entre Ins turcos que los que van por virreyes de alguna provincia no entran en la ciudad donde su antecesor habita hasta que él salga della y deje hacer libremente al que viene la residencia; y en tanto que el bajá nuevo la hace, el antiguo se está en la campaña esperando lo que resulta de sus cargos, los cuales se le hacen sin que él pueda intervenir a valerse de sobornos y amistades, si ya primero no lo ha hecho: hecha pues la residencia se la dan al que deja el cargo en un pergamino cerrado y sellado, y con ella se presenta a la puerta del Gran Señor, que es como de cir en la corte ante el gran consejo del turco: la cual vista por el visir bajá, y por los otros cuatro bajáes menores (como si dijésemos ante el presidente del real consejo y oidores), o le premian o le castigan, según la relación de la residencia; puesto que si viene culpado, con dineros rescata y excusa el castigo; si no viene culpado y no le premian, como sucede de ordinario, con dádivas y presentes alcanza el cargo que más se le antoja, porque no se dan allí los cargos y oficios por merecimientos, sino por dineros: todo se vende y todo se compra: los proveedores de los cargos roban a los proveídos en ellos y los desuellan:

deste oficio comprado sale la sustancia para comprar otro que más ganancia promete: todo va como digo, todo este imperio es violento, señal que prometía no ser durable; pero a lo que yo creo, y así debe de ser verdad, le tienen sobre sus