Página:Novelas ejemplares - Tomo I (1919).pdf/28

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
28
 

tus hechizos en tus ojos.

En sus fuerzas te adelantas, pues bailando nos admiras, y nos matas si nos miras, y nos encantas si cantas.

De cien mil modos hechizas, hables, calles, cantes, mires:

o te acerques, o retires, el fuego de amor atizas.

Sobre el más exento pecho tienes mando y señorío, de lo que es testigo el mío, de tu imperio satisfecho.

Preciosa joya de amor, esto humildemente escribe el que por ti muere y vive, pobre, aunque humilde amador.

—En pobre acaba el último verso—dijo a esta sazón Preciosa: mala señal! Nunca los enamorados han de decir que son pobres, porque a los princípios, a mi parecer, la pobreza es muy enemiga del amor.

—¿Quién te enseña eso, rapaza dijo uno.

—¿Quién me lo ha de enseñar?—respondió Preciosa. ¿No tengo yo mi alma en mi cuerpo? ¿No tengo ya quince años? Y no soy manca, ni renca, ni estropeada del entendimiento. Los ingenios de las gitanas van por otro norte que los de las demás gentes: siempre se adelantan a sus años; no hay gitano necio, ni gitana lerda; que como el