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lencio de la noche, comenzando Andrés y respondiendo Clemente, cantaron estos versos:

ANDRÉS Mira, Clemente, el estrellado velo con que esta noche fría compite con el día, de luces bellas adornando el cielo; y en esta semejanza, si tanto tu divino ingenio alcanza, aquel rostro figura donde asiste el extremo de hermosura.

CLEMENTE Donde asiste el extremo de hermosura, y adonde la preciosa honestidad hermosa con todo extremo de bondad se apure, en un sujeto cabe, que no hay humano ingenio que le alabe, si no toca en divino, en alto, en raro, en grave y peregrino.

ANDRÉS En alto, en raro, en grave y peregrino estilo nunca usado, al cielo levantado, por dulce al mundo y sin igual camino, tu nombre ¡oh Gitanilla!

causando asombro, espanto y maravilla, la Fama yo quisiera que le llevara hasta la octava esfera.