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De la invencion retórica.

parativo lo mismo que en la causa deliberativa, de que ya diremos al tratar de los preceplos de la deliberacion. Sirva de ejemplo el mismo juicio que ánles expusimos: «Si todos los soldados hubiesen perecido, caso de no hacerse este pacio, era mejor dejarlos perecer que hacer el pacto?» Esto tiene que tratarse como una deliberacion ó consulta.

El defensor seguirá al acusador en todos los estados en que este vaya poniendo la causa, y tratará por la contraria todos los demas lugares que pertenczean á la comparacion. Los lugares comunes del acusador contra aquel que, confesando algun hecho inútil ó lorpe, busque alguna defensa, será ponderar con indignacion la mutilidad ó torpeza del hecho. El defensor contestará que ningun hecho puede juzgarse inútil ó torpe, ni útil ni honesto, si no se atiende á la Intencion, al tiempo ó á la causa. Este argumento es de tal naturaleza, que bien tratado, puede ser de gran momen.o para persuadir en esta causa. Podrá usarse Lambien una amplificacion en que se demuestre la grandeza del beneficio por la utilidad, honestidad ó necesidad del hecho. El tercer lugar comun consiste en poner el hecho mismo á la vista de los oyentes, de tal manera, que juzguen que ellos hubieran hecho lo mismo si se les hubiera presentado un caso semejante.

En la relacion del crimen, confesando el reo el acto que se le imputa, dice haberlo hecho con razon y por castigar el delito de otro, vg.: «Horacio despues de haber muerto á los dos Curiacios y perdido dos hermanos, vuelve vencedor á su casa. Ve que su hermana, sin dolerse de la muerte de los hermanos, repetia tan sólo el nombre de Curiacio entre gemidos y lamentos. Indignado él, mata á la doncella. Se le acusa. El cargo es: «mataste sin razon á tu hermana.» Respuesta: «la maté con razon.» Cuestion: la mató con razon?» Argumento: «ella lloraba la muerte de un enemigo, se olvidaba de sus hermanos, llevaba á mal m victoria y la del pueblo romano.» Réplica: «pero tú, her-