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De la invencion retórica.

por lo útil de los preceptos y por la sabiduria y diligencia de los legisladores. Digase lo que es la ley, y que consiste en las sentencias, no en las palabras, y que obedece á la ley el juez que se atiene á la intencion y no á la letra. Seria indigno imponer la misma pena al que por delito ó audacia infringió la ley y al que por causa honesta y necesaria se aparto de las palabras del legislador, pero no de su espiritu.

Con estos y otros argumentos se probará que deben admitirse excepciones en esta ley y por esta causa; y así como decíamos antes que sería muy útil al que defendiera el es crito derogar algo de la equidad que se atribuye el adversario, asi el impugnador del escrito podrá aprovechar algo del mismo escrito para su causa, y mostrando en la ley alguna ambigüedad, defender la parte que le favorezca, ó definir la fuerza de alguna palabra y traerla en interes de su: eausa, ó inducir por medio del raciocinio lo que en lá ley no está expreso. Si puede en alguna cosa, aunque sea poco probable, defenderse con el texto de la ley, por más que su causa sea muy equitativa, necesariamente adelantará mucho, porque quita su mayor fuerza al principal argumento de los adversarios.

Los lugares comunes y accesorios convienen á entrambas partes. Además, el que defiende lo escrito dirá que las leyes han de mirarse por sí y no por la utilidad del que falta á ellas, y que nada debe respelarse tanto como las leyes.

El que ataque el escrito dirá que las leyes consisten on la inlencion del escritor y en la utilidad comun, no en las palabras. Es cosa indigna atacar por medio de las palabras la equidad que se defiende con la voluntad del legislador.De leyes contrarias nace la controversia, cuando dos más leyes parecen discrepar entre si, vg.: «es ley que quien mate al tirano obtenga el premio de las Olimpiónicas y pida al magistrado lo que quiera y et magistrado se lo conceda.» Y otra ley: «muerto el tirano, deben ser muertos tamblen cinco de sus próximos parientes, siempre que sean magistra