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De la invencion retórica.

consentir en igualarse con aquellos entre quienes ántes sobresalia, ni apartarse por su voluntad de un hábito que tenía ya fuerza y dulzura de costumbre? Asi nació y fué creciendo la elocuencia, ejercitada despues en las artes de la paz y de la guerra, con utilidad grande de los hombres.

Más adelante, el interes particular, con máscara de virtud, se valió de la facundia y del ingenio para trastornar ks ciudades y poner en peligro la vida humana.

Expliquemos el origen de este mal, ya que del principio del bien hemos hablado. Verosimil cosa me pare o que en otro tiempo ni los principiantes é indoctos trataban de los negocios públicos, ni los grandes y sabios varones de las causas privadas. Los asuntos de la República eran administrados por los personajes más conspicuos, mientras las controversias entre particulares estaban encomendadas á otros hombres de no poco ingenio y travesura. Y como en estas controversias se defendia muchas veces la mentira, la facilidad de hablar alentó la audacia, y fué necesario que los cocifeos de la República resistiesen á los audaces, dando ayuda cada cual á sus amigos. Y confundido ya todo, dió en preferir el vulgo á los que tenian elocuencia sin sabidurfa, y alentados éstos por su favor, creyéronse dignos de la gobernacion del Estado. Regido éste por hombres audaces y temerarios, siguiéronse tristes naufragios y calamidades. Por donde vino á caer en tanto odio y descrédito la elocuencia, que los hombres de más ingenio, como refugiándose de la tempestad al puerto, abandonaron aquella vida sediciosa y de tumultos, para darse estudios más tranquilos. Entónces florecieron las demas disciplinas y buenas artes, gracias al ocio forzado de los que más valian, y fué abandonada la elocuencia cuando ora más necesario cultivarla y defenderla. Si grande era la temeridad y audacia de los necios y malvados, para perdielon de la República, grande debia ser en los buenos y juslos la resistencia.