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Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/349

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todos busquemos el mejor maestro, primero, para nosotros y, despues, para estos jóvenes, sin ahorrar gasto ni sacrificio alguno; porque jamás aconsejaré el permanecer en la situacion en que nos hallamos, y si alguno se burla de nosotros porque á nuestra edad vamos á la escuela, nos defenderemos, poniendo de frente la autoridad de Homero, que dice en cierto pasaje: el pudor no sienta bien al indigente[1]; y burlándonos de lo que pueda decirse. procuraremos mirar á la vez por nosotros mismos y por estos jóvenes.

Ese consejo, Sócrates, me agrada en extremo, y con respecto á mí, cuanto más viejo soy, tanto más empeño tengo en instruirme al mismo tiempo que mis hijos. Haz, pues, lo que dices; ven mañana á mi casa desde la madrugada, y no faltes, te lo suplico, á fin de que acordemos los medios de ejecutar lo que hemos resuelto. Ahora ya es tiempo de que concluya esta conversacion.

No faltaré, Lisímaco; iré mañana á tu casa temprano, si Dios quiere.


  1. Odisea, l. 11, v. 347.