Página:Obras completas de Platón - Tomo I (1871).djvu/47

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
XLV

clama de todos los sistemas la verdad, sin que encuentre uno que le satisfaga, y donde se lanza á la crítica de las grandes especulaciones metafísicas de Heráclito, de Parménides, de Filolao, de Empedocles, amontonando ruinas sobre ruinas y buscando entre estos despojos los materiales del edificio que un dia habrá de construir.

Restituido á Atenas despues de sus viajes, Platon se fija en la Academia, se recoge en el fondo de su alma, y allí, en el silencio de una reflexion madurada por la experiencia y nutrida con toda la sustancia de las grandes filosofías de lo pasado, traza las grandes líneas de su propia filosofía, y escribe esos diálogos tan particularmente vastos, serenos y profundos, el Fedon, el Banquete, la República, el Timeo, donde dice su última palabra sobre la naturaleza, sobre la divinidad, sobre el arte de educar y gobernar á los hombres.

Tal es la única clasificacion que nos es permitido admitir, atendidas las informaciones de la historia y las reglas de la crítica[1]. ¿Quereis en el seno de cada una de estas tres categorías fijar un órden exacto y preciso, como Schleiermacher lo ha ensayado? Os arrojareis á conjeturas arbitrarias, y os vereis en mil embarazos intrincados. Es preciso saber contenerse, y una vez que las grandes líneas de este monumento están tiradas, es conveniente dejar fluctuantes y á la aventura las líneas secundarias. En nuestra opinion, el órden que nos proponemos es el más probable, el más vecino al órden histórico y el más cómodo para la lectura seguida y para la inteligencia de los diálogos de Platon.


  1. Además de las tres series, hemos colocado en una comementaria diálogos muy dudosos, como el Tages, ó ciertamente apócrifos, como el Axioco, y, por último, las cartas y ligeros fragmentos.