es el objeto de la astronomía.—Lo mismo, en fin, en la adivinacion y en la religion, puesto que su objeto es mantener en proporcion conveniente lo que hay de bueno y de vicioso en la naturaleza humana, y hacer que vivan en buena inteligencia los hombres y los dioses. El Amor está en todas partes; malo y funesto, cuando los elementos opuestos se niegan á unirse, y predominando el uno sobre el otro, hacen imposible la armonía; bueno y saludable, cuando esta armonía se realiza y se mantiene. Como fácilmente se ve, el punto culminante de este discurso es la definicion nueva del amor; la union de los contrarios. La teoría ha ganado en extension, abriendo al espíritu un horizonte muy vasto, puesto que saliendo del dominio de la psicología, en que estaba encerrada al principio, tiende á abrazar el órden de las cosas físicas por entero.
Aristófanes, que en lugar de hablar en su turno, habia cedido la palabra á Eriximaco, sin duda porque lo que él tenia que decir sobre el Amor, debia relacionarse con el lenguaje del sabio médico mejor viniendo despues que no ántes, Aristófanes, digo, entra en un órden de ideas que parecen diametralmente opuestas, y que, sin embargo, en el fondo concuerdan con aquellas. El Amor es, á su parecer, la union de los semejantes. Para confirmar su opinion y dar á su vez pruebas completamente nuevas de la universalidad del amor, imagina una mitología á primera vista muy singular.
Primitivamente habia tres especies de hombres, unos todo hombres, otros todo mujeres, y los terceros hombre y mujer, los Andróginos, especie en todo inferior á las otras dos.—Estos hombres eran dobles: dos hombres unidos, dos mujeres unidas, un hombre y una mujer unidos. Estaban unidos por el ombligo, y tenian cuatro brazos, cuatro piernas, dos semblantes en una misma cabeza, opuestos el uno al otro y vueltos del lado de la es-