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De nada serviria conocer la naturaleza y la mision del Amor, si se ignorase su origen, su objeto, sus efectos y su fin supremo. Platon no quiere dejar estas cuestiones en la oscuridad. El Amor fué concebido el dia del nacimiento de Venus; nació del dios de la abundancia, Poros, y del de la pobreza, Penia; esto explica á la vez su naturaleza divina y su carácter. De su madre le viene el ser flaco, consumido, sin abrigo, miserable; y de su padre el ser fuerte, varonil, emprendedor, robusto, hábil y afortunado cazador, que sigue sin cesar la pista á las buenas y bellas acciones. Es además apasionado por la sabiduría, que es bella y buena por excelencia; no siendo ni bastante sabio para poseerla, ni bastante ignorante para creer que la posee. Su objeto, en último resultado, es lo bello y el bien, que Platon identifica bajo una sola palabra: la belleza. Pero es preciso saber bien lo que es amar lo bello: es desear apropiárselo y poseerlo siempre, para ser dichoso. Y como no hay un solo hombre, que no ande en busca de su propia felicidad, es preciso distinguir, entre todos, aquel de quien puede decirse que prosigue la felicidad mediante la posesion de lo bello. Es el hombre que aspira á la produccion de la belleza inediante el cuerpo y segun el espíritu; y como no se cree completamente dichoso, si no se perpetúa esta produccion sin interrupcion y sin fin, se sigue, que el amor no es realmente otra cosa que el deseo mismo de la inmortalidad. Esta es la única inmortalidad posible al hombre respecto del cuerpo. Se produce por el nacimiento de los hijos, por la sucesion y sustitucion de un sér viejo por un sér jóven. Este deseo de perpetuarse es el origen del amor paterno, de esta solicitud para asegurar la trasmision de su nombre y de sus bienes. Pero por cima de esta produccion y de esta inmortalidad mediante el cuerpo, hay las que tienen lugar segun el espíritu. Estas son las propias del hombre que ama la belleza del alma, y que trabaja para produ-