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Página:Obras completas del doctor D. Manuel Milá y Fontanals - III (1890).djvu/92

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gazmoñería ni superstición: hazle concebir horror á la enemistad, un prudente desprecio de los intereses, y finalmente un deseo vehemente de hacer bien á todos sus semejantes, y sobre todo á aquellos que alguna vez le hayan ofendido. En materias religiosas, que no trate nunca de apurar lo que el Ser Supremo ha querido reservarse, y en las políticas que se ciña á obedecer la autoridad legítima, sea la que fuere, y que, si no vive contento con las leyes de su país, que fije su residencia en otro más análogo á sus ideas..... Nada más tengo que prevenirte por ahora, y sí sólo recomendarte de nuevo la buena y cristiana educación de nuestro Manuel, y que procuréis conservar aquella paz, unión, y fraternidad que ha reinado siempre en la familia; que me perdones las faltas en que he incurrido durante nuestra dichosa unión, y finalmente que no te acuerdes de mí más que para rogar á Dios por el descanso de mi alma, no olvidándote nunca de que me casé contigo para salvar la tuya y de que juntos gozaremos algún día la bienaventuranza eterna que desea con el mayor fervor tu esposo y amigo hasta la muerte. — Próspero.



Día 2 de Mayo de 1823

A mi Manuel.

Hijo de mis entrañas: En la época más triste de mi vida, época de aflicción y desconsuelo y en que te hallas aún en la dichosa edad de la inocencia, es un deber de tu cariñoso padre dejarte escritas de puño propio para su mayor impresión en tu alma aquellas advertencias y consejos que acaso no podré darte cuando en el desarrollo de las pasiones te encuentres sin la experiencia y auxilios de la persona que te dió el ser y que consagra y que consagrará hasta su muerte el suyo para contribuir á tu felicidad temporal y eterna. Sí, hijo mío, entrarás algún día en este gran mundo cuyos falsos halagos podrán seducir tu cándido corazón é ¡infeliz de tí! si no sigues tu marcha por la senda de la virtud y de la religión santa en que por la misericordia de Dios naciste y has sido educado por un padre convencido de la verdad de sus eternos principios.—