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EL MÉDICO Á PALOS.
BARTOLO.
Sí señor, y cirujano de estuche, y saludador, albeitar, y sepulturero, y todo cuanto hay que ser.
GINÉS.
(Levántanle cariñosamente entre los dos.)
Me alegro de verle á usted tan razonable.
LUCAS.
Ahora sí que parece usted hombre de juicio.
BARTOLO.
(Aparte. ¡Maldita sea vuestra alma!....) ¿Si seré yo médico, y no habré reparado en ello?
GINÉS.
No hay que arrepentirse. A usted se le pagará muy bien su asistencia, y quedará contento.
BARTOLO.
Pero, hablando ahora en paz, ¿es cierto que soy médico?
GINÉS.
Certísimo.
BARTOLO.
¿Seguro?