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MORALISTAS GRIEGOS.

una cosa y los otros para otra. Cuando hayas comprendido la filosofía, si pensases beber y comer, y hacer el melindroso como antes, te engañarás mucho. Es menester resolverse á trabajar, á dejar los amigos, á ser tal vez despreciado de un criado y á ver á otros más honrados y acreditados que tú para con los grandes, los magistrados y los jueces en cualquier negocio que pueda ofrecerse. Medita, pues, sobre todas estas dificultades, y considera si no prefieres poseer la tranquilidad del espiritu, la libertad y la constancia. Porque si no haces esta reflexión, advierte que (al ejemplo de los niños de que te he hablado) no seas ahora filósofo, poco después bandolero, luego orador, y últimamente procurador del César. Créeme: nada de esto conviene lo uno con lo otro. Considera que sólo eres un hombre y que es necesario que seas eternamente bueno ó constantemente malo, que te apliques solamente á perfeccionar el espíritu y la razón ó que te dediques á las cəsas exteriores y que te pierdas absolutamente, porque es imposible hacer lo uno y lo otro juntamente; es decir, que es necesario tengas el estado de filósofo ó de hombre de común calidad de los del menudo pueblo.

XXXVIII.

Todos los respetos á que somos obligados se han de medir con la calidad de las personas á quienes se deben. Si es un padre, tu oficio te obliga á cuidar de él y á cederle en todo. Si te injuria ó te golpea, le has de sufrir con paciencia. Podrá ser que me di-