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ODAS DE HORACIO


NUEVA VERSIÓN


PREFACIO

En estos días propicios al decadentismo, en que no hay audacia nerviosa contra la lengua, el ritmo y el sentido común que no encuentre aplaudidores, parecerá temeridad y anacronismo, á muchos incomprensible, intentar una traduccion del clásico Horacio en versos serenos, libres de agitaciones epilépticas, y exentos de modernísimos espejeos.

El exceso en la accion invita á la saludable reaccion, y, cuando la Musa joven y desenfrenada, se lanza sin brújula á lo desconocido, no hay mal en presentar á su contemplacion los claros modelos que nos legó la antigüedad, ya sea en las odas de Horacio, ya en las estatuas inmortales del arte helénico, ó bajo cualquiera de las formas clásicas divinizadas en las Musas.

La estatua, para los que no pueden admirar el original mismo suele reproducirse ya en mármol ó bronce, ya en artístico dibujo, en el lienzo ó en la placa fotográfica. La copia, buena ó mala, siempre da idea del modelo, aún cuando no nos transmita la im-