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Página:Orígenes de la novela - Tomo I (1905).djvu/68

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LVIII
Origenes de la novela

de los Viajes de Sindbad. Habla Almasudi, en el capítulo 62 de sus Prados de Oro, de cierta descripción fabulosa del Paraíso terrenal, y añade estas palabras, que copiamos según la traducción de nuestro Gayangos:

«Muchos autores ponen en duda esta y otras cosas semejantes que se hallan consignadas en las historias de los árabes, y principalmente en la que compuso Obeyda ben Xeriya, y trata de los sucesos de tiempos pasados y descendencia de las naciones. El libro de Obeyda es muy común, y se halla en manos de todos; pero la gente instruída pone estas y otras relaciones del mismo género en el número de esos cuentos ó historietas inventadas por astutos cortesanos con el solo fin de divertir á los príncipes en sus momentos de ocio y procurarse por este medio el acceso á su persona. Pretenden, en efecto, que el dicho libro no merece crédito alguno, pues pertenece á cierta clase de obras traducidas del persa, indio y griego, como son el Hezar Efsaneh ó Mil cuentos, más generalmente conocido con el título de Las Mil y una noches, y son la historia y aventuras de un rey de la India y de su guacir, y de la hija del guacir, llamada Xeheryada, y de una nodriza de ésta, por nombre Duniazada. Á la misma clase pertenecen la historia de Gilkand y Ximás, la del rey de la India y de sus diez guacires, las peregrinaciones y viajes de Sindebad el marino y otros».

El pasaje es, como se ve, terminante, pues no sólo da el título de Las Mil y una noches, sino los nombres de las dos hijas del visir que refieren los cuentos, y aunque no indica la fecha en que fueron traducidos, fácilmente se colige por el hecho de mencionarlos juntamente con la Historia de los diez visires (que es una de las variantes del Sendebar) y por la noticia que en otra parte da el mismo Almasudi de haberse comenzado á traducir en tiempo del califa Abu-Giafar Almansur, que reinó desde 754 á 774, varios libros del persa, siriaco y otros idiomas, entre ellos el de Calila y Dimna.

Pero ¿en qué lengua estaba el Hezar Efsaneh, que sirvió de base á Las Mil y una noches? Todo induce á creer que en persa, por más que Almasudi hable vagamente de libros traducidos del indio y del griego. Por lo que toca á esta última derivación, sólo en los Viajes de Sindbad, que formaban libro aparte en tiempo de aquel polígrafo, pueden reconocerse desfiguradas reminiscencias de la Odisea. Y la hipótesis de una colección de cuentos sanscritos, traducida directamente al árabe, es de todo punto inverosímil y pugna con todo el proceso de la novelística.

Cuáles eran los cuentos que esta primera redacción contenía, ni aun por conjetura puede decirse, pero seguramente estaba en ella el cuento proemial ó inicial que acaba de ilustrar con docta y sagaz erudición el insigne profesor italiano Pío Rajna[1], movido á tal estudio por la estrecha semejanza que dicha novela presenta con el liviano episodio de Yocondo y el rey Astolfo en el Orlando Furioso del Ariosto, cuyas fuentes ha investigado maravillosamente el mismo Rajna en uno de los libros que más honran la erudición moderna. Este cuento, famoso en la numerosa serie de los que ponen de resalto los ardides de la malicia femenina, se encuentra no sólo en el Tuti-Nameh persa, sino en la colección india conocida con el nombre de Çukasaptati ó Libro del Papagayo. Posteriormente, las investigaciones de Pavolini, citadas por el mismo

  1. P. Rajna, Per l'origine della novella proemiale delle «Mille e una notte». (En el Giornale della Società Asiatica Italiana, Florencia, 1809, t. XII, pp. 171-96).

    Pavolini, Di un altro richiamo indiano alla «cornice» delle «Mille e una notte». (En el mismo volumen del Giornale, pp. 159-62).