de superiores enseñanzas, tal como le encontramos en el Arbol Exemplifical, que es una de las ramas del Arbol de la Ciencia[1].
Pero este arte simbólico, infantil y rudo, que apenas traspasa los límites del enigma paremiológico, ni parece inventado con otro fin que el de presentar á la inteligencia fáciles semejanzas y analogías que aviven la atención y fortalezcan el recuerdo, aparece sometido en otros tratados de la enciclopedia luliana á una concepción artística superior, que se encarna en las aventuras de un personaje ó en el desarrollo de una situación culminante. Domina siempre el propósito de enseñanza, porque el arte de Ramón Lull nunca es enteramente desinteresado; pero su vigorosa imaginación constructiva, que hace de él un gran poeta de la metafísica, dotado de singular virtud para revestir de forma sensible todas las abstracciones; su extraño concepto y visión del mundo, interpretado por él de una manera vagamente teosófica; sus mismas alucinaciones, que son á veces relámpagos de genio; su ascetismo, más misericordioso que ceñudo, son elementos altamente poéticos que animan con vida intensa y desordenada, pero profunda y humana, estas raras creaciones, medio científicas, medio fantásticas, del Doctor Iluminado. Cuatro de las obras de R. Lulio, que afortunadamente han llegado á nosotros en su texto original lleno de gracia y candidez, y no en bárbaras interpretaciones latinas, el Libro del Gentil y de los tres sabios, el Libro del Orden de la Caballería, el Blanquerna y el Libro Félix ó de las Maravillas del Mundo, realizan, aunque de un modo muy primitivo, las condiciones de la novela filosófica, y deben contarse, especialmente las dos últimas, entre los monumentos más curiosos de la literatura de la Edad Media. En todas ellas dejó algún reflejo el sol de Oriente, pues sabido es que el beato misionero mallorquín tenía en todas las exterioridades de su persona y doctrina grandísima semejanza con los sufies y filósofos contemplativos que en Persia, en Siria y en España florecieron bajo la dominación musulmana; se había amamantado en la doctrina de Algozel, cuya Lógica tradujo, y hablaba y escribía el árabe como segunda lengua propia, usándola de continuo en sus controversias con los doctores mahometanos y en sus predicaciones al pueblo de Africa, que le valieron por fin la palma del martirio.
En árabe compuso primitivamente R. Lulio el Libre del Gentil é los tres Savis[2], una de sus obras más antiguas, y una de las que tuvieron más difusión y boga en el siglo XIV, siendo traducida al hebreo, al latín, al francés y al castellano en 1378 por el cordobés Gonzalo Sánchez de Uceda[3]. El modelo literario que nuestro filósofo tuvo
- ↑ Arbol de la Ciencia, de el iluminado Maestro Raymundo Lulio. Nuevamente traducido y explicado por el teniente de Maestro de Campo general D. Alonso de Zepeda y Andrada... En Brusselas, por Francisco Foppens... 1663, pp. 323-378. Arbol Exemplical ó de Exemplos.
- ↑ El texto catalán, inédito hasta ahora, puede leerse en el tomo I de la excelente edición de las Obras de Ramón Lull... textos originales, publicados é ilustrados con notas y variantes por don Jerónimo Roselló: Prólogo y Glosario del Dr. M. Obrador y Bennasar (Palma de Mallorca, 1901). El original árabe existía todavía á fines del siglo XV, según resulta de los documentos relativos á la escuela luliana de Barcelona, que ha publicado D. Francisco de Bofarull (Barcelona, 1896).
- ↑ La traducción francesa del siglo XIV fué publicada en 1831 por Reinaud y Francisco Michel al fin del Roman de Mahomet. La existencia de la hebrea consta por la nota final de la francesa. La latina (Liber de gentili et tribus sapientibus) está en el tomo II de la grande edición maguntina dirigida por Ivo Salzinger (1722). De la castellana se conservan dos códices: uno en la Biblioteca Nacional y otro en el Museo Británico. «Este libro sacó é trasladó de lenguaje catalán en lenguaje castellano, en la cibdat de Valencia del señorio del Rey de Aragon, Gonzalo Sanchez de Useda, natural de la cibdad de Cordova, de los Regnos de Castilla. Acabólo de escrevir lunes XXIX dias del mes de março de la era de mil e quatrocientos e diez e seys años (de C. 1378)».