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Página:Origen de las especies por medio de la selección natural.djvu/158

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ORIGEN DE LAS ESPECIES

cristal está determinada solamente por las fuerzas moleculares, y no es por tanto sorprendente que sustancias desemejantes tomen algunas veces la misma forma: pero en los séres orgánicos debemos tener presente que la forma de cada uno depende de una infinidad de relaciones complejas, es decir, de las variaciones que han brotado, debidas éstas á causas demasiado complicadas para inquiridas; depende tambien de la clase de las variaciones que han sido conservadas ó selectas, y éstas á su vez de las condiciones físicas ambientes, en mayor grado todavía, de los organismos que rodean al sér y con los cuales ha entrado en competencia, y por último, depende de la herencia de innumerables progenitores, (que es por sí un elemento fluctuante) todos los cuales han tenido sus formas, determinadas tambien por relaciones igualmente complejas. Es increible que los descendientes de dos organismos que se hubiesen diferenciado en el orígen de una manera marcada, converjan nunca despues tan íntimamente que puedan llegar á aproximarse de cerca á la identidad en toda su organizacion completa. Si esto hubiese ocurrido nos encontrariamos con la misma forma reproduciéndose en formaciones geológicas completamente separadas, con independencia de toda concepcion genérica: y la balanza de las pruebas se inclina á lo contrario.

Mr. Watson ha objetado tambien que la accion continuada de la seleccion natural unida á la divergencia de carácter tenderian á hacer un número indefinido de formas específicas. En cuanto se refiere á meras condiciones inorgánicas, parece probable que un número suficiente de especies se adaptaria pronto á toda diversidad considerable en calor, humedad, etc.: pero plenamente admito que las relaciones mútuas de los séres orgánicos son más importantes: y como el número de las especies en cualquier país va creciendo, las condiciones orgánicas de vida deben hacerse cada vez más complejas. En consecuencia, á primera vista no parece que haya limite á la cantidad de diversificacion provechosa en estructura, y por lo tanto tampoco al número de especies que pudieran producirse. No sabemos que esté completamente poblada de formas especificas ni áun la region más prolífica: en el cabo de Buena-Esperanza y en Australia, donde vive tan asombroso número de especies, muchas plantas europeas se han naturalizado. Pero la