ley innata y necesaria de desarrollo; pero es impotente contra la doctrina de la seleccion natural, ó de la supervivencia de los más aptos, que implica que cuando sucede brotan vaque riaciones ó diferencias individuales ventajosas, han de ser éstas conservadas, lo cual solamente puede ser realizado en ciertas circunstancias favorables. El célebre plaeontólogo Bronn, al terminar su traduccion alemana de esta obra, pregunta cómo por el principio de la seleccion natural puede vivir una variedad al lado de la variedad madre. Si ambas son propias para los hábitos de vida ó condiciones ligeramente distintas, podrán vivir juntas; y si ponemos á un lado las especies polimorfas, en las cuales parece ser la variabilidad de una naturaleza peculiar, y las variaciones meramente temporales, como las de tamaño, albinismo, etc., se encuentran generalmente las variedades más permanentes, en cuanto yo puedo descubrir, habitando localidades distintas, como tierras altas ó tierras bajas, sitios secos ó sitios húmedos. Todavía más; en el caso de los animales errantes, que se cruzan libremente, sus variedades parece que están generalmente limitadas en distintas localidades. Tambien insiste Bronn en que las especies distintas nunca varían entre sí en caracteres aislados, sino en muchas partes; y pregunta, cómo sucede siempre que muchas partes de la organizacion hayan sido modificadas á un mismo tiempo por medio de la variacion y de la seleccion natural. Pero no hay necesidad de suponer que todas las partes de un sér han sido modificadas simultáneamente. Las modificaciones más extraordinarias, adaptadas por excelencia á algun objeto, pudieron ser adquiridas, como ya se dijo anteriormente, por variaciones sucesivas, aunque pequeñas en una parte primero, y luego en otra; y como todas son trasmitidas juntas, tendrian para nosotros la apariencia de haber sido simultáneamente desarrolladas. Sin embargo, la mejor respuesta á la objecion expresada, es la que presentan esas razas domésticas que han sido modificadas con algun objeto especial, principalmente por el poder de la seleccion del hombre. Véase el caballo de carrera y el de tiro, el galgo y el mastin. Toda su figura, y áun sus distintivos mentales, han sido modificados; pero si pudiéramos trazar paso por paso la historia de sus transformaciones, como podemos hacerlo con los pasos más recientes, no veríamos grandes The Amand
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Apariencia