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CAMBIO DE INSTINTOS

caso notable de esto se ve en algunas castas de gallinas, que muy rara vez ó nunca se ponen lluccas; esto es, que nunca desean estar sobre los huevos. La familiaridad nos impide ver hasta qué punto y con qué permanencia se han modificado las facultades mentales de nuestros animales domésticos. Apenas es posible dudar de que el amor al hombre se ha hecho instintivo en el perro. Todos los lobos, zorras, chacales y las especies del género felino, cuando se les tiene domesticados, están más ansiosos de atacar à la volatería, á los carneros y á los puercos, y esta tendencia se ha visto que es incurable en los perros traidos cachorros de países como la Tierra del Fuego y la Australia, donde los salvajes no domestican estos animales. ¡Cuán rara vez, por otra parte, necesita enseñarse á nuestros perros civilizados, ni aun cuando son cachorros, á que no ataquen à la volateria, á los carneros y á los puercos.! Sin duda, que de vez en cuando los embisten, pero entonces se les pega, y si no se enmiendan se les mata; de modo que el hábito y algun grado de seleccion, han concurrido probablemente á civilizar por herencia á nuestros perros. Por otra parte, los pollos, por costumbre, enteramente han perdido aquel miedo al perro y al gato, que sin duda era primitivamente instintivo en ellos, porque yo sé por el capitan Hutton, que los pollos del tronco comun, que se llama Gallus bankiva, cuando los cria en India una gallina, son al principio excesivamente salvajes. Lo mismo sucede con los pollos de los faisanes cuando los empolla en Inglaterra una gallina. No es que los pollos hayan perdido todo el miedo, sino el miedo sólo á los perros y á los gatos, porque si la gallina da el grito de alarma, se echan á correr todos, particularmente los pavipollos, para esconderse en la yerba ó en el monte que haya más cerca; y esto lo hacen evidentemente con el objeto instintivo, (puesto que lo vemos en los pájaros silvestres que anidan en tierra) de permitir á la madre que se escape volando. Pero este instinto que han conservado nuestros pollos, se ha hecho casi inútil en la domesticidad, porque la gallina madre, por la falta de uso, casi ha perdido el vuelo. De aquí podemos deducir que en la domesticidad se han adquirido instintos y se han perdido otros naturales, por el hábito en parte, y en parte por la seleccion del hombre, que ha ido acumulando durante generaciones sucesivas, hábitos mentales