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INSECTOS NEUTROS Y ESTÉRILES

sino tambien en sus órganos visuales, y que están, sin embargo, enlazados por unos cuantos miembros en un estado intermedio. Añadiré por via de digresion, que si las obreras más pcqueñas hubieran sido las más útiles para la comunidad, y si hubieran sido escogidos continuamente aquellos machos y hembras que produjeran mayor número cada vez de las obreras más pequeñas, hasta que todas las obreras fueran de esta clase, hubiéramos tenido entónces una especie de hormiga con neutros próximamente en la misma condicion que los de la Myrmica; porque las obreras de la Myrmica no tienen siquiera rudimentos de ocelli, aunque las hormigas machos y hembras los tienen bien desarrollados. Otro ejemplo puedo presentar. Tan fundadamente esperaba yo encontrar algunas veces gradaciones de estructuras importantes entre las diferentes castas de neutros en la misma especie, que acepté con mucho gusto el ofrecimiento de Mr. F. Smith, de numerosos ejemplares del mismo nido de la hormiga arrastradora anomma, del Africa occidental. El lector acaso aprecie mejor la cantidad de diferencia en estas obreras, si le doy, no las medidas reales, sino un ejemplo estrictamente exacto: la diferencia era la misma que si viéramos una cuadrilla de trabajadores haciendo una casa, entre los cuales los hubiera con 5 piés 4 pulgadas de estatura unos, y con 16 piés de estatura otros. Pero tenemos, ademas, que suponer que los obreros mayores tenian la cabeza cuatro veces mayor que la de los más chicos, y las quijadas cerca de cinco veces más grandes, siendo así que los cuerpos sólo lo eran tres. Y hay más todavía; que las quijadas de las hormigas obreras de tamaños diferentes, se diferenciaban maravillosamente en el corte y la forma y número de los dientes. Pero el hecho importante aquí para nosotros, es que aunque podia agruparse á las obreras en castas de diferentes tamaños, se graduaban éstas, sin embargo, insensiblemente de uno en otro, como tambien la estructura de sus quijadas en extremo diferentes. Hablo con entera confianza sobre este punto, porque Sir J. Lubbock hizo para mí dibujos con la cámara clara de las quijadas que yo disequé de las obreras de diferentes tamaños. Mr. Bates ha descrito casos análogos en su interesante obra Naturalist on the Amazons. En presencia de estos hechos, creo que puede la seleccion