mo sucede en la América del Norte y en otras muchas partes del mundo. El geólogo más hábil, si su atencion se hubiera limitado exclusivamente á estos grandes territorios, nunca hubiera sospechado que durante los períodos que en su propio país eran blancos y estériles, se habian acumulado en otras partes grandes pilas de sedimentos cargadas de nuevas y peculiares formas de vida. Y si en cada territorio separado apenas puede formarse idea de la extension del tiempo que ha trascurrido entre las formaciones consecutivas, podemos deducir que esta en ninguna parte puede ser averiguada: los frecuentes y grandes cambios en la composicion mineralógica de las formaciones consecutivas, que generalmente implican grandes cambios en la gcología de las tierras vecinas de donde procederia el sedimento, están conformes con la creencia de que han trascurrido entre cada formacion vastos intervalos de tiempo. Podemos, á mi juicio, ver por qué las formaciones geológicas de cada region son casi siempre intermitentes, esto es, que no se han seguido la una á la otra, en séries no interrumpidas. Pocas cosas me han sorprendido más que la ausencia de todo depósito reciente, bastante extenso, para durar siquiera un corto período geológico, en mi exámen de muchos cientos de millas de las costas de la América del Sur, que se han elevado algunos cientos de piés dentro de la época reciente. En toda la costa occidental, que está habitada por una fauna marina peculiar, las capas terciarias están tan pobremente desarrolladas, que probablemente no se conservarán hasta una edad distante las señales de várias faunas marinas, sucesivas y peculiares. Un poco de reflexion explicará por qué en toda la costa que se eleva à la parte occidental de la América del Sur, no pueden encontrarse en parte alguna, formaciones extensas con restos recientes ó terciarios, aunque debe de haber sido grande por edades enteras la cantidad de sedimento, á juzgar por la enorme degradacion de las rocas de la costa, y por las fangosas corrientes que entran en la mar. La explicacion es sin duda que los depósitos litorales y sublitorales son contínuamente destruidos, tan pronto como son llevados por la lenta y gradual elevacion de la tierra, al alcance de la demoledora accion de las olas de la costa. Podemos, pues, concluir que tiene el sedimento que ser acumulado en masas extremadamente espesas, sólidas y extensas,
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