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AUSENCIA DE VARIEDADES INTERMEDIAS

de las variedades; conceden una pequeña variabilidad á cada especie, pero cuando se encuentran con una diferencia algo más grande entre dos formas cualesquiera, las clasifican ambas como especies, á ménos que tengan medios de conectarlas por las gradaciones intermedias más íntimas; y por las razones que acabamos de dar, podemos esperar rara vez el que esto se realice en una seccion geológica dada. Suponiendo que By C sean dos especies, y una tercera A se encuentre en una capa más vieja é inferior, aun cuando A fuese estrictamente intermedia entre B y C, sería sencillamente colocada como una tercera especie distinta, á ménos que al mismo tiempo pudiera enlazársela con una de las dos formas, ó con las dos, por medio de variedades intermedias; tampoco hay que olvidar, como se explicó ántes, qque podria A ser el progenitor verdadero de B y C, sin ser por esto necesariamente el intermedio estricto entre ellos en todos conceptos. De manera que podríamos obtener la especie madre y sus varios descendientes modificados en las capas inferior y superior de la misma formacion, y á ménos que obtuviéramos numerosas gradaciones de transicion, podríamos no reconocer su parentesco, y clasificarlas, por consiguiente, como especies distintas. Notorio es en qué diferencias excesivamente pequeñas han fundado muchos paleontólogos sus especies; y tanto más dispuestos están á hacerlo así, cuanto que los ejemplares provienen de diferentes subcapas de la misma formacion. Algunos experimentados conchólogos están ahora considerando y clasificando como variedades, muchas de las especies más delicadas de D'Orbigny y de otros; en esta opinion encontramos nosotros la clase de prueba del cambio que por la teoría debiamos encontrar. Considérese otra vez los depósitos terciarios más recientes, que comprenden muchas conchas que la mayor parte de los naturalistas creyó que eran idénticas á especies existentes; pero algunos excelentes naturalistas, como Agassiz y Pictet, sostienen que todas estas especies terciarias son específicamente distintas, aunque admiten que la distincion es muy ligera; así, que á no creer que estos eminentes naturalistas han sido extraviados por sus imaginaciones, y que estas últimas especies terciarias no presentan diferencia real alguna de sus representantes vivos, ó á ménos que admitamos, en oposicion con el juicio de la mayor parte de los naturalistas, que