pantanos, lagos, grandes rios, en casi todas las temperaturas. Apenas hay un clima ó condicion en el mundo viejo, al que no pueda encontrarse paralelo en el nuevo, al ménos en todo aquello que las mismas especies generalmente requieren. Sin duda que pueden indicarse áreas pequeñas en el mundo antiguo, más calientes que cualquiera del nuevo mundo; pero éstas no están habitadas por una fauna diferente de la de las localidades que las rodean, porque es raro encontrar un grupo de organismos, confinado á una pequeña extension, cuyas condiciones sean peculiares sólo en un ligero grado: y á pesar de este paralelismo general en las condiciones de los dos mundos, ¡cuán diferentes son sus producciones vivas! En el hemisferio del Sur, si comparamos grandes extensiones de tierra de Australia, del Africa del Sur, y la América del Sur occidental, entre las latitudes de 25° y 35º, encontraremos partes en extremo semejantes en todas sus condiciones, y no sería posible, sin embargo, señalar tres faunas y floras más completamente desiguales. O tambien podemos comparar las producciones de la América del Sur al Sur de los 35° de latitud, con las que están al Norte de los 25°, que, por consecuencia, están separadas por un espacio de 10⁰ de latitud, y están expuestas á condiciones considerablemente diferentes, y que, sin embargo, están incomparablemente relacionadas entre sí de un modo más íntimo que lo están las producciones de Australia y Africa, casi en el mismo clima. Podrian citarse hechos análogos con respecto á los habitantes del mar. Un segundo hecho importante, que llama mucho nuestra atencion al echar una ojeada general, es que las barreras de cualquier clase, ó los obstáculos para la libre emigracion, están relacionados de una manera íntima é importante con las diferencias entre los productos de las varias regiones. Esto lo vemos en la gran diferencia de casi todas las producciones terrestres de los mundos nuevo y antiguo, excepto en las partes septentrionales en donde la tierra casi se une y en las que, con un clima ligeramente diferente, pudo haber libre emigracion para las formas templadas del Norte, como la hay hoy para las producciones estrictamente árticas. Vemos el mismo hecho en la gran diferencia entre los habitantes de Australia, Africa y América del Sur, en la misma latitud; porque estos países están casi lo más aislado posible unos de otros. En
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